miércoles, octubre 29, 2003

El futuro del libro en la era digital
Por David J. Staley
Extraído de la Revista Futurist de Sept-Oct 2003

Para la década de los noventa se creía que el fin del libro estaba cerca, pero las ventas dicen lo contrario. La oficina sin papeles no es todavía una realidad, de hecho muchas están usando más papel en la actualidad. Y más aún, las computadoras y otras nuevas tecnologías puede que estén reforzando la habilidad para producir y distribuir los libros impresos. El futuro del libro en todo caso estará determinado por el modelo de la economía de información que surja: si desaparece como tecnología viable porque la información digital se vuelve algo común, o si se quedará como una tecnología de información vital porque permanecerá el concepto de propiedad intelectual.

Al plantear si se tendrán libros en el futuro, la respuesta podría ser no. Vivimos en los últimos días de la era de la impresión. La producción y distribución de libros poco a poco migrará al ciberespacio y la pantalla reemplazará a la palabra escrita sobre papel. Los alumnos podrán descargar e-books (libros electrónicos) mientras que varios textos podrán ser almacenados en un pequeño dispositivo. La publicación electrónica en journals también se está volviendo una actividad común en los escolares. Este tipo de información es no excluyente, puede ser compartida
por dos o más personas y usada al mismo tiempo sin generar ningún costo. Muchos lectores a la vez pueden leer un artículo sin necesariamente usar la información, característica que se mantiene aun cuando la información se duplique y distribuye masivamente. Con la llegada del ciberespacio ha surgido también la característica de la información ele ctrónica, su difusión puede ser libre para el beneficio de todos. Ese es el potencial de Internet, aunque muchas empresas han hecho grandes esfuerzos para mantener el control sobre las ideas, la música, los códigos y todos aquellos datos que puedan surcar el ciberespacio.

Si se plantea nuevamente si habrá libros en el futuro, la respuesta podría ser esta vez, sí. Los argumentos apuntan al significado histórico dellibro que convirtió la información escrita en propiedad intelectual, en un producto cuya distribución puede ser controlada y sujeta a leyes. Si los libros se mantienen en el futuro será porque existe un incentivo económico. Los libros sobrevivirán porque son objetos tangibles, la economía de
la propiedad intelectual necesitará sobrevivir en forma impresa, en la forma de un libro. Las computadoras podrán alterar la producción y distribución de libros pero tendrán poco efecto en su apariencia física. Tal es el caso de la práctica de impresión de libros a pedido, donde un editor no imprimirá 2 mil copias para vender 500 sino tendrá almacenada la información y la imprimirá según un lector lo solicite.

En cuanto a la apariencia, ésta podría cambiar un poco. El laboratorio de la empresa Xerox recientemente anunció el “papel inteligente”, una delgada hoja, flexible, hecho de minúsculas esferas, blanco por un lado y negro por el otro, se parece algo a una pantalla de LCD, pero la superficie es flexible en lugar de rígida, como una hoja de papel. En un futuro el libro inteligente estaría compuesto de estas páginas con una médula central que las une y contienen componentes electrónicos, mediante lo cual se podría lograr bajar un texto como libro electrónico y disfrutarlo como uno impreso.

Pero incluso sin el papel inteligente, seguramente los libros encontrarán otras vías para emular los ambientes de multimedia e hipertexto de las computadoras con más elementos gráficos y táctiles incorporados. Si los libros sobreviven será por su rasgo material, no a pesar de. Si los libros sobreviven como una informática vital, será porque está en los intereses económicos de autores y editores mantener los libros en un formato tangible, físico. Otra de las razones por la cual los libros no han desaparecido y puede que nunca lo hagan tiene que ver con el poder económico de la propiedad intelectual. Si los autores digitales quieren recibir dinero por su trabajo, tendrían que recurrir a la publicidad, tal como han hecho las páginas Web, así los libros electrónicos podrían
empezar a parecerse a los sitios desplegados en Internet. Esto podría llegar a pensar que costará mucho a los autores tener el incentivo económico para crear, por lo que Internet logrará su objetivo original de crear y distribuir contenido gratis. Si los productores y consumidores dejan de pensar en la información como propiedad, los libros no se necesitarán.

El cambio tecnológico exclusivamente no acelerará el fin del libro. Otros factores económicos como el comportamiento de productores y consumidores de información, jugarán un importante rol en esta definición. Si la información permanece como una forma de propiedad intelectual, los autores y editores querrán seguir manteniendo el control sobre su propiedad mediante la mejor tecnología de la cual se ha dispuesto hasta ahora: el libro impreso.